domingo, 24 de marzo de 2013

Poema narrativo.

La vida es el camino a la muerte, la vida es sentir pasar el sinsentido de los días con el hastío en el corazón. Esperar la muerte es el sentido del ser humano cuando está en posesión del vacío de la vida, de su forma inconclusa. No es en mí, símbolo de desesperanza orar a un dios tan mortal como el que más por la premura de la muerte, no es desesperanza si no es en soledad, como ya no es soledad esperar, no me sabe tan mal, vosotros, hermanos míos, comprendéis mi dilema, pues tanto morir como vivir es un camino pedregoso, y a veces difícil de escoger.
Cuándo el sentir de la muerte sobre tu vello erizado pende una mota de felicidad puede apaciguar tu alma que reza, mátame, mátame ya, no esperes más. El problema en esta premisa es que cuándo no existe en tu vida ya la soledad de tu alma, cuándo la muerte pende del mismo modo es tu corazón que grita, déjame vivir, déjame vivir largo tiempo más, déjame disfrutar del amor, de la felicidad.

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