lunes, 6 de octubre de 2014

Nocturnos.

Es la soledad arrinconada
en aquel rincón infecto,
donde anidan las polillas
en mi alma.

Es, ¡Ay de mí! camino recto,
un vacío es la calma
más, ¿en algún desvío habrá un hada?

Es aquí, tenue luz alada
que me buscas cual amiga
donde los sueños se apagan.

Es aquella, maldita
que no me das nada,
nada nuevo en la velada.
Maldita, maldita es la vida.

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