Las maldades

Señalado como marca del pasado
pertrecho, observando con lujuria
los matices del pecado.

Su dedo acusador, me mira
cual puñal de puño nacarado,
no tiene gloria, más bien ira.

Una voluta de humo blanco,
como forma en que suspira
cada vez que reprime su llanto.

Me mira, con tez pálida,
y vuelve a recordar aquel canto
recordando su tez, otrora cálida.

Exhala de nuevo cansado
al desgarrar su crisálida
de ilusiones que han marchado.

¿Dónde quedaron las risas
que buscaba su corazón ajado?
Huyeron de él, con prisas.

Atacaba otros sueños con furia,
a seres a los que siempre avisas
que han de morir por tu penuria.

Y alzas tu voz al cielo, mudo
de risas, sollozando injurias
al engullir tu cadáver crudo.

Mas su vida ya acaba,
por obra de un dios cojonudo
que mil condenas callaba.

De su vida, su suplicio, su tortura,
ya nada le quedaba,
pensó; "Joder, ya nada me cura".

Y fue un mal lejano, su salvación
que atacó sus males con premura,
y fue la muerte, su redención.

Pero no fue muerto el condenado,
y sí liberado de su prisión,
por su pensamiento más odiado.

Aquellos

Eran tiempos sombríos
de nubes estrelladas y vacías,
donde el viento brama oscuro
y la oscuridad ciñe cual muro.

Era una edad perdida
en lo funesto del mundo
que robaba fuerzas a la vida.

Eran días de fatiga
donde las flores marchitaban
y las crueles hiedras refulgían.

Eran sueños de alcoba
que abrigaban tus sentidos,
eran sueños que te abrían
los senderos del horrendo futuro.

Rima >80

¿Dónde quedaron las aguas bravías
del arroyo que soñabas en futuro?
Secáronse con la pastilla de cianuro
que inhalaste con sorna retorcida.

Buscaste unas drogas que aún no existían,
droga que te diera lo que nunca hubo,
buscaste, sin pausa, tu chute de dopamina.

¿Cuándo se topó con ese muro
el río que seguiste en la vida?
¿O fue una presa, embalse o embudo?

Viviste muy acorde a un haluro,
saliendo, atacando, reaccionando con prisa,
pero te quedó vacía esa filosofía.
Por vivir pronto y mal, ¡puto Epicuro!

Ilusiones

Ver otra pálida noche
con sueños dormidos,
soñar con el broche
que cierra los nichos
de la vida, qué derroche
para cazadores heridos.

Sentir como rugen,
otrora fantasmas
ahora, ilusiones que surgen
de funestas palabras,
palabras que inducen
que las canciones tañan.

En verdad, ¿para qué ver
otra vez triste y fugaz,
el despertar de un amanecer?
Pues es la noche en el viejo bar
la que más nos hace crecer
y vivir, y soñar, y reír, y llorar.

Rima.

Encontré la luz de un claro de luna
en la profundidad de tus ojos y hermosura,
busqué y persistí en los sueños que dejé en la cuna
por envejecer, dejar de vivir con premura.

Ví, en tus ojos claros, la esperanza que alguna
vez sentí que podría depararme en locura,
demencia por tus besos, que devuelves con hambruna.

Creí ver pasar tu vida con más prisa que calma,
mas fui yo, ser imperecedero en cárcel de agua,
eternamente negaste los sueños de mi alma.

Busqué y busqué, el amor que guardas bajo tu enagua,
y no encontré más que el desprecio bajo tus tangas.
¡Oh! Cruel mundo moderno, maldigo tus fraguas,
forjas vidas para ver como después sangran.

Destino al futuro

Mira, mira allá en lontananza,
allá donde se unen los caminos,
donde no llegó ésta cruel matanza
que nos diezmó, como el borracho el vino.

Allá dejamos nuestra desesperanza,
aquí buscamos el sueño del destino
donde dejar crecer la barba y la panza.

Pero nunca nada dura siempre, sino
que tiene un principio, pero el final lo alcanza
pese a luchar con sabiduría y mucho tino.

Hediondos esbozos de antaño rodean los quinos.
Mira, mira de nuevo lontananza
allá donde crecen aquellos pinos,
quizá allí nos aguarde la esperanza.

Destino incierto.

Dueños de un sudor opaco
que negros sueños ha matado,
aquellos que creara el dios Baco.

Dueños de un corazón atado
de pies y manos, por aquel caco
que busca más de lo que te ha robado.

Ladrón no robes más los sueños,
ya la vida no da más.
Ladrón, somos nosotros, no tú, los dueños,
y decidimos que te vas.

Es aquel traidor que llaman vida
que los sueños mata por detrás.
Es aquel amor que te roba la risa
que los sueños roba, y aún no estás.

Nocturnos.

Es la soledad arrinconada
en aquel rincón infecto,
donde anidan las polillas
en mi alma.

Es, ¡Ay de mí! camino recto,
un vacío es la calma
más, ¿en algún desvío habrá un hada?

Es aquí, tenue luz alada
que me buscas cual amiga
donde los sueños se apagan.

Es aquella, maldita
que no me das nada,
nada nuevo en la velada.
Maldita, maldita es la vida.

Dime que no.

Nota inicial: Es una canción, ergo hay que leer con un poco de ritmo.

Coge la pipa, deja el zurrón,
bebe cerveza, rompe el tambor,
vive con sorna, dime que no.
¡Exhala el tabaco con precisión!
Mientras gritamos a pleno pulmón,
¡Que le den al trabajo! ¡Cae un chaparrón!
Exige que acepte tu redención
mientras cantamos adiós al amor,
y sigue gritando, que ya voy yo
aunque me siga tal aluvión.
Deja tu pipa y dime adiós
que ya es hora de dejar el ron.
¡Y sigue gruñendo a mi son!

El tiempo.

El tiempo; querido amigo que acompañas mi camino por la oscuridad que asola el sendero. En el fugaz vaivén de la vida, eres sin duda el guía más ruin y traicionero, jugando tus cartas a voluntad decides el destino de todo aquel que se topa contigo. Como puñales clavas tus garras en los corazones que avanzan a tu alrededor, y no los sueltas sin desgarrar y tras mucho tirar. Pero, querido tiempo, he aprendido a quererte, a evadir la furia que acompasas. Ahora, te quiero, querido amigo, ahora no podría vivir sin tu abrigo de dolor. Puedes tocar mi vida con tu dedo acusador y llevarla cuándo gustes pues éste juego que disfrutas lo quiero jugar contigo, lleva mi vida cuando gustes, que yo me habré quedado la tuya usándola a mi antojo cuando pudiere. Adiós, tiempo querido, adiós te digo, y a Dios te rezo, porque implorar tu misericordia mil veces vi que era un error. Nunca más.

Rima 70

Oculta el sol, la brisa
ardiente de oscuros deseos,
que rompen mis sueños con prisa
la prisa del huracán, y sus gorjeos.

Oculta el sol, la luna
de belleza cuasi divina,
aún sin bondad alguna.

Ella, vino, y desbordar la tina
de la sangre, en la cuna
donde mis sueños destripa.

Oculta el sol, la noche
donde mi corazón murió contigo,
sin poder cerrar el postigo del porche,
ni poder poner, a mis sentimientos, abrigo.

Sueños lejanos.

                                           Deshidrata el corazón,
                                               los sueños rotos
                                                   de la razón.

                                         Brota de tus ojos el monzón
                                              al romper los votos
                                              que diste a tu amor.

                                          Oculto tras bruma mi voz
                                              con humo espeso
                                     que emana de mis labios, un adiós
                                              esperando un beso.

                                           Al final el límite es el cielo,
                                             la terrenidad es un error.
                                           En la vida guardando con celo
                                              el amor que no encontró.

Rima 68

Mira al horizonte, ¿qué ves?
Escucha atentamente, ¿lo oyes?
Cierra los ojos y siente,
¿Lo notas?

¿Ves las nubes en el cielo
acurrucada en el sosiego
del arrullo del mar?

El mar que te saluda
y te pregunta, "¿qué tal?"
con sus olas nos recibe
en su fuerte tronar.

Nos mira como a hielo
azotándonos con miedo,
cuando te da, por amar.

67

Toda batalla tiene un fervor

un sueño causando un dolor,

no es para menos, el amor.

Toda lucha es un error

una mentira de la pasión,

versos que recuerdan con horror 

como actuó tu corazón.

Toda guerra dice basta

acaba con su última carta

con un último guerrero que sangra.

Toda paz es una farsa

un suspiro de la fatalidad,

sin más, terminar

de amar, de amar de verdad. 

Osadía.

El mundo es un lugar
vacío y oscuro,
una gruta en el hastío,
un sin fin de bulos.

La vida un compendio
de maldades.
un maltrecho refranero,
carente de refranes.

Pero todo el llevadero,
felicidad, y, o, consuelo,
vida, que sí es vida.

Cómo eres, luz en el vacío,
senda o refrán en el hastío.
Felicidad en mí, sangre que corre,
                                     [con brío.