Eran tiempos sombríos
de nubes estrelladas y vacías,
donde el viento brama oscuro
y la oscuridad ciñe cual muro.
Era una edad perdida
en lo funesto del mundo
que robaba fuerzas a la vida.
Eran días de fatiga
donde las flores marchitaban
y las crueles hiedras refulgían.
Eran sueños de alcoba
que abrigaban tus sentidos,
eran sueños que te abrían
los senderos del horrendo futuro.
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