viernes, 30 de diciembre de 2011

Guerra fría

Aún recuerdo el olor a pólvora de la guerra, por ese olor paso a narrar como llegué al bunker termonuclear del sótano de la KGB. Sí, mi nacionalidad es española, llegué a Rusia con los ejércitos de Franco (la división Azul) contra los comunistas, malditas ayudas a Hitler... Era muy joven por aquellos entonces y los rusos me hicieron preso de guerra, aprendí en la cárcel su idioma y sus costumbres, estudié muy duro, ingresé en el ejército y me hice notar en la sección de armamentística, era un gran químico de la pólvora y los venenos, controlé durante años el aceite de ricino usado por la KGB. Con la llegada de la guerra fría me enviaron al frente a luchar por "la madre Rusia", en la guerra llegaron a ascenderme a general de brigada por mis méritos en ella, hasta el día en que una maldita bala me envió de vuelta a Rusia.

Pero esto no acabó con mi carrera, volví y me contrataron los de la KGB, no lo creeréis pero me pusieron al mando de las operaciones con armamento nuclear, el gran error de la humanidad.

Pasó el tiempo, mi trabajo era sencillo, supervisaba la manutención de las bombas nucleares hasta que un maldito día, me mandaron con los grandes de la inteligencia rusa a este maldito bunker con la orden de pulsar "el botón rojo", la guerra nuclear había estallado y el fin de la humanidad llegado. ¿Muertes o mutaciones? ¿Qué serían? No importaba, fuera lo que fuese, todo era mi culpa.

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