Crecer, olvidar el sentido que en la niñez aún tenía la vida, añorar todo, sentirse vacío a la par que no encontrar motivos de tristeza. Es en estos momentos, que observas a tu alrededor, miras tras de ti, a tu lado, y esperas durante horas sin que nadie acuda a la llamada de socorro de tu corazón, y te sientes completamente solo, pero aún sabes que en la distancia no estás solo, que aún hay quién te quiere, quién, pese a, por un motivo u otro no tiene esa posibilidad, daría lo que fuera por obsequiarte un abrazo, igual que te pasa a ti, y mientras, pluma en mano, desvarías sobre un papel, piensas en ello y sientes como un calor extraño te reconforta por dentro, y sientes tus energías renovadas, te sientes quizá un hombre nuevo, un anciano revitalizado, que quiere volver a vivir, a soñar, como antaño hizo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario