¡Ay! Diosa de mis pesadumbres,
que en mi corazón enciendes lumbres,
hasta que a cenizas me fundes.
¡Ay! Heroína de mis cuentos,
droga de todos mis lamentos,
fulgor en cualquiera de mis lamentos.
¡Ay! Clamor de mi alma,
furia de mis entrañas,
todo, mientras que amaba,
Esta la has modificado un poco, ¿no?
ResponderEliminarAh pues no me acuerdo, la verdad, va a hacer unos pocos años que la colgué y aún más de que la escribiera, así que, la verdad, es que no me acuerdo, ¿desde cuándo lees mi blog?
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