lunes, 24 de septiembre de 2012

Un beso.

Sus ojos, a centímetro de mí, no me mira... sus labios, rojos y jugosos, que tuercen en una hipnótica sonrisa, en un contacto de miradas... Abro mis brazos pidiendo el contacto de un tierno abrazo, se acerca, se abraza. Imprimo toda la ternura, la suavidad, el cariño y el amor mientras con mis brazos aprieto con la fuerza más delicada tu cuerpo contra el mío, y una lágrima brota de mis ojos, recorriendo plácida y silenciosamente mis mejillas, y tú no lo sabes, no sabes que lo que cada día sueño es lo mismo... prolongar indefinidamente un abrazo, posar mis manos suavemente sobre tus mejillas, mirarte a los ojos juntando nuestras miradas a pocos centímetros, deslizar suavemente las manos por tus mejillas y cuello hasta sentir tu pelo sedoso sobre las manos y... juntar mis labios a los tuyos en el beso más largo y sincero que jamás hayamos soñado, para, tras ello, volver a apretarte contra mi pecho en  un abrazo mientras susurro a tu oído... "te amo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario